de guitarras color canela que vuelan paralelas al océano pintado con acuarela.
Desplazando tu mano por la madera,
sintiendo los años del planeta en tu médula,
cantando con la boca cerrada y soñando en noches en vela.
Vuelve la calma, el mal descansa en la cama y tus rizos adornan una sonrisa plana.
Luminosa y peinada por la brisa marina que sopla,
suave, en los acantilados donde el agua lucha incansable con la dura piedra.
Y ves los astros solapados al cielo y entiendes nuestra existencia,
es efímera y monótona, es aburrida y divertida.
Y nos reímos de lo absurdo de todo esto,
de como se nos escapa el calor entre los dedos
y el frío nos abraza y nos arranca los pelos.
Todos calvos, todos ciegos, todos muertos
pero por el último momento que vivimos cogidos de la mano,
volvería a nacer, a morir y a derrocar a cualquier amo.
Y sigo, sigo enfermo y atado.
No puedo, no puedo olvidar el pasado.
gritosdebilesdesdebosquesdesconocidos.blogspot.com
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